No es fácil ser PNP en la UPI

Igual que para “Kermit The Frog” no es fácil ser verde, para nosotros los estadistas, muchas veces no es fácil ser azul. Esto se exacerba en el caso de los que estudiamos en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, mejor conocido como la UPI. Nosotros tenemos que escuchar estudiantes y profesores por igual colgando al Gobernador que ayudamos a elegir a sólo tres meses de su juramentación. Oímos como se quejan de que asusta al pueblo, sabiendo que lo tildarían de irresponsable si no dijera algo y de mentiroso si dijera que todo está bien.

No es fácil soportar la repetición constante de que nuestro ideal es imposible porque, para empezar, los estudiantes del primer centro universitario del país no saben hablar inglés, mucho menos escribirlo. Es cosa de todos los días escuchar que si en un siglo no nos han hecho estado, nunca lo harán. Tenemos que leer, una y otra vez, pared tras pared, la frase “vende patria”, y saber que se refieren a nosotros. Incluso, puede que sean el único o la única en alzar la mano cuando se pregunta quién es estadista en un salón de clases, no porque no hayan otros, sino porque nadie más se atreve a hacerlo.

Pero al final del día, cuando salimos de los predios de la UPI, los manifestantes y sus consignas pierden su relevancia. Lejos de la subjetividad de los pasillos de Sociales y Humanidades, caemos en cuenta de que lo más importante no es caer bien, o complacer a alguien, sino estar bien con uno mismo. Porque a fin de cuentas, el ELA es una contradicción adoptada a pesar de la lógica más básica, la estadidad tiene como impedimento el hecho de que los estadounidenses no la ofrecen y la independencia parece imposible porque los mismos puertorriqueños no la quieren.

Así las cosas, con un empate permanente, es válido pelear por un ideal. Muchas otras batallas aparentemente imposibles de ganar se han triunfado a través de espacio y tiempo. Se derribó el muro de Berlín, se abolió la esclavitud, la mujer logró el derecho al voto y más recientemente, un negro ganó la silla en la oficina ovalada de Casa Blanca. Entonces, ¿qué validez tiene el argumento de que la estadidad es imposible? Ser PNP en la UPI no es fácil, muchas veces en la calle tampoco. Pero si se cree en algo, hay que respaldarlo, y eso se hace en la lucha.

La autora, Carolene Fontanet Smith, es estudiante de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.